Agobios

*(Solicitud de Inés con las palabras clave: Agobio, números y sentir. Un beso.) Por su cabeza pasaban infinidad de números. Dígitos entrelazados que buscaban una solución. Estudió las estadísticas de las últimas veces y las pasó por un par de fórmulas ya predefinidas encontradas en algún libro. Las matizó con su experiencia y las pasó por una coctelera. Cogió su bolígrafo para dar fin a la fórmula. Lo levantó, porque creía que no lo pensó lo suficiente. Volvió a repasar las cuentas, a mirar cada dato, número, columna,... Iba a invertir un dinero en esta formula especial, era importante que estuviera todo bien planificado. De nuevo levantó el bolígrafo para escribir esa serie de números que cambiarían su vida. Los anotó y fue directo a validarlos para hacerlos suyos. De camino volvió a pensarlos de nuevo. Las cifras y fórmulas bailaban en su cabeza diferentes danzas y bailes regionales. Se detuvo un momento. Su cerebro ordenó que se girara, pero su cuerpo no obedeció. Claro indicio de la indecisión que le inundaba. Se agobiaba cada vez más en proporción a las posibilidades que su cerebro procesaba. Sintió inseguridad, cosa extraña en su carácter definido. Tendría que trabajar duro otra vez si esto no llegaba a buen puerto. Siguió caminando hacia su destino, menos apenado por la inversión y más convencido de la solución. Se acercó a la ventanilla. Una mujer rubia de pelo laqueado sobre los hombros y gafas de pasta con diferentes tonalidades de marrón, le esperaba. Puso aquel papel donde sus sueños volaban sobre la encimera. La mujer puso su mano sobre él y lo arrastró hacia ella. El agobio obligó a su mano detener la de la mujer. Cogió el papel y lo rompió. “ Una lotería para jueves y sábado. que lo haga la máquina ”, Casi mejor.

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