Carroñeros

Qué vida más triste, esperando que alguien muera para tener que llevarme algo a la boca, para poder alimentar a mi familia. Enfundado en mi traje negro de asustar. La gente nos ve tenebrosos y nos relaciona, y lo entiendo, con la muerte. Siempre hubo un halo de misterio alrededor nuestra. Mucha literatura y mucha imaginación colectiva que nos ha convertido, según ellos, en unos carroñeros. Yo no hago más que buscarme la vida, como ellos hacen para alimentar a sus familias, acudiendo a sus puestos de trabajo cada día. Pero no nos entienden, no entienden nuestra necesidad, no entienden que tengamos que sacar nuestro sustento de la muerte de los demás. No entienden tampoco que estemos todo el día de arriba a abajo buscando la siguiente defunción. Hay mucha competencia, eso tampoco lo entienden. A veces nos lanzan cosas, incluso a alguno de los nuestros le han disparado. No entiendo la sin razón humana igual que ellos no entienden mis graznidos. (Para José Antonio Guerra)

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